Sesgos Cognitivos: Cómo nuestra mente nos engaña en la toma de decisiones
La ilusión de la racionalidad
Nuestro cerebro una verdadera máquina de procesamiento de información increíblemente eficiente, es rapida, dinamismo en su máaxima expresión, pero debemos aceptarlo, no es infalible siempre esta el fantasma del Error. Desde la perspectiva de la evolución humana, podríamos decir que hemos desarrollado algo asi como “atajos mentales” que nos permiten tomar decisiones rápidas sin necesidad de un análisis exhaustivo, esto nos ahorra muchísima energía. A estos atajos tan interesantes los denominamos Sesgos cognitivos, no siempre conducen a elecciones racionales y pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad.
Juzgar a una persona por su apariencia hasta creer en noticias falsas sin cuestionarlas, los sesgos afectan nuestras decisiones todos los días. En esta Publicación intentaremos explorar qué son, cómo influyen en nuestras vidas y qué estrategias podemos aplicar para mitigar sus efectos.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
Los sesgos cognitivos pueden definirse en general como : “errores sistemáticos en el procesamiento de la información. Esto nos lleva a interpretar la realidad un poco distorsionada. Los sesgos cognitivos surgen debido a tres factores principales:
- Heurísticas mentales: Reglas rápidas que el cerebro usa para simplificar la toma de decisiones.
- Influencias emocionales: Las emociones pueden amplificar o distorsionar nuestra percepción de los hechos.
- Presión social y cultural: Adaptarnos al grupo puede afectar nuestra objetividad.
Si bien estos mecanismos han sido útiles para la supervivencia de la humanidad, en la era moderna pueden llevarnos a juicios erróneos y decisiones perjudiciales.
Sesgos cognitivos comunes y su impacto en la vida diaria
A continuación, analizamos algunos de los sesgos más frecuentes y cómo influyen en distintos aspectos de nuestra vida:
- Sesgo de confirmación
- Tendemos a buscar información que confirme nuestras creencias y a ignorar lo que las contradice.
- Ejemplo: En redes sociales, los algoritmos refuerzan este sesgo al mostrarnos contenido alineado con nuestras opiniones.
- Efecto halo
- Una sola característica (como la apariencia física) influye en la percepción general de una persona o producto.
- Ejemplo: Las marcas usan celebridades en publicidad para transferir su “halo” a sus productos.
- Sesgo de anclaje
- La primera información que recibimos influye desproporcionadamente en nuestras decisiones.
- Ejemplo: En tiendas, el primer precio mostrado condiciona la percepción del valor de un producto.
- Sesgo de negatividad
- Damos más peso a los eventos negativos que a los positivos.
- Ejemplo: En salud mental, este sesgo puede alimentar la ansiedad al recordar más las críticas que los elogios.
- Efecto de arrastre (“bandwagon effect”)
- Tendemos a seguir lo que hace la mayoría.
- Ejemplo: La popularidad de un candidato político puede crecer simplemente porque muchas personas ya lo apoyan.
- Sesgo de correspondencia
- Atribuimos los errores ajenos a su personalidad, pero los propios a las circunstancias.
- Ejemplo: En el tráfico, solemos culpar a otros conductores por su “mala conducción”, pero justificamos nuestros errores con excusas situacionales.
Investigaciones recientes sobre los sesgos cognitivos
En las últimas décadas, la psicología y la neurociencia han revelado nuevos hallazgos sobre estos sesgos. Algunos estudios clave incluyen:
- Redes sociales y sesgo de confirmación: Pennycook y Rand (2019) descubrieron que las personas tienden a compartir noticias falsas no porque sean ingenuas, sino porque buscan información que valide sus creencias previas.
- Sesgo de anclaje en economía: Ariely et al. (2003) demostraron que incluso un número aleatorio puede influir en la percepción de valor de un producto.
- Efecto de negatividad en salud mental: Baumeister et al. (2001) encontraron que las experiencias negativas dejan una huella más profunda en la memoria y las emociones que las positivas.
Estos estudios refuerzan la idea de que los sesgos no solo afectan nuestras elecciones individuales, sino que también pueden ser manipulados a gran escala.
Aplicaciones en la vida moderna: manipulación y estrategias de mitigación
Los sesgos cognitivos están presentes en múltiples ámbitos de la vida diaria:
1. Redes sociales y percepción distorsionada
Las plataformas digitales refuerzan el sesgo de confirmación mediante algoritmos que nos muestran contenido afín a nuestras creencias, generando burbujas informativas y polarización social (Vosoughi, Roy & Aral, 2018).
2. Marketing y consumo
Las marcas usan el sesgo de anclaje para influir en la percepción de los precios y el efecto halo para mejorar la imagen de un producto mediante asociaciones positivas.
3. Justicia y toma de decisiones
El sesgo de correspondencia afecta la forma en que jueces y jurados interpretan los delitos, atribuyendo más peso a la personalidad del acusado que a las circunstancias externas (Kassin, Dror & Kukucka, 2013).
4. Educación y formación profesional
Los sesgos de disponibilidad pueden afectar el aprendizaje al hacer que recordemos más lo impactante que lo preciso. Esto puede influir negativamente en la toma de decisiones en profesiones críticas como la medicina (Croskerry, 2003).
Estrategias para mitigar los sesgos cognitivos
Para mitigar los efectos de los sesgos cognitivos, es crucial adoptar estrategias que fomenten la objetividad y la reflexión crítica. El pensamiento crítico juega un papel central al cuestionar activamente la información antes de aceptarla. Esto implica analizar fuentes, evaluar evidencia y considerar múltiples explicaciones para un mismo fenómeno. Al hacerlo, nos protegemos contra la aceptación acrítica de información que podría estar sesgada o incompleta. Además, la diversidad cognitiva es esencial en la toma de decisiones. Incluir múltiples perspectivas no solo enriquece el proceso, sino que también ayuda a identificar falacias y suposiciones erróneas que podrían pasar desapercibidas en un entorno homogéneo.
Otra técnica poderosa es el “premortem”, que consiste en imaginar que una decisión ha fracasado para identificar puntos ciegos potenciales. Al visualizar escenarios de fracaso, podemos anticipar y mitigar riesgos que de otro modo podrían pasar desapercibidos. Esta práctica no solo ayuda a prevenir errores costosos, sino que también fomenta una cultura de aprendizaje continuo y adaptabilidad. Al combinar estas estrategias, podemos crear un enfoque más matizado y reflexivo en nuestras decisiones, reduciendo así el impacto negativo de los sesgos cognitivos y mejorando la calidad de nuestras elecciones en todos los ámbitos de la vida.
Preguntas e interrogantes a futuro
Esta muy claro que pesar de los avances en la investigación en Psicología, aún quedan muchas preguntas abiertas, por esto quisimos compartir una serie de preguntas que podrían ayudarnos a avanzar en esta materia:
¿Pueden las inteligencias artificiales contrarrestar los sesgos humanos o los replicarán?
¿Cómo influyen los sesgos en la era de la desinformación y la posverdad?
¿Es posible diseñar sistemas educativos que ayuden a las personas a reconocer sus propios sesgos?
¿Qué impacto tendrá la manipulación de sesgos en la política y la economía en el futuro?
Enlaces de interés
- Sesgos Cognitivos en la Toma de Decisiones – Behavioral Economics
- Cómo reducir los sesgos cognitivos en la vida diaria – Harvard Business Review
- Investigaciones sobre sesgos y neurociencia – Nature Neuroscience
Bibliografía
Vosoughi, S., Roy, D., & Aral, S. (2018). The spread of true and false news online. Science, 359(6380), 1146-1151.
Ariely, D., Loewenstein, G., & Prelec, D. (2003). “Coherent arbitrariness”: Stable demand curves without stable preferences. Quarterly Journal of Economics, 118(1)
Baumeister, R. F., Bratslavsky, E., Finkenauer, C., & Vohs, K. D. (2001). Bad is stronger than good. Review of General Psychology, 5(4)
Croskerry, P. (2003). The importance of cognitive errors in diagnosis and strategies to minimize them. Academic Medicine, 78(8)
Kahneman, D. (2011). Thinking, Fast and Slow. Farrar, Straus and Giroux.
Pennycook, G., & Rand, D. G. (2019). Fighting misinformation on social media using “accuracy prompts”. Nature Human Behaviour, 3(5)